Importancia del aprendizaje autodirigido
Una persona aprende significativamente aquellas cosas que percibe como vinculadas con la supervivencia o desarrollo de la estructura de sà mismo. (Karl Rogers)
No hay ninguna edad en la que el ser humano termine de construirse para llegar a ser autónomo; un esfuerzo semejante se prolonga a lo largo de toda su existencia. (Henri Hartung)
Aprender es inherente al ser humano. Su éxito como grupo depende sin duda de su capacidad de aprender, adaptarse e innovar. La curiosidad humana es una de sus caracterÃsticas más marcadas.
En la sociedad moderna, sumida en un proceso de intercambio intercultural -globalización- y de aceleración del cambio social por el impacto del desarrollo cientÃfico y tecnológico, aprender es algo más que una pulsión humana. Es una sofisticada necesidad cultural que permite a los individuos adaptarse y sobrevivir en un entorno que cambia continuamente, tanto mejor si les ayuda también a preservar su identidad.
En este contexto, aprender deja de ser la actividad propia de una época de la vida -la niñez y la juventud- para convertirse en una necesidad que no ceja, en aprendizaje permanente.
Por otra parte, gracias a los avances de la PsicologÃa, la SociologÃa y la PedagogÃa, asà como de las aplicaciones de las nuevas tecnologÃas a la enseñanza y al aprendizaje, hoy es posible aprender mejor, cientÃficamente. Es posible aprender a aprender.
De hecho, los movimientos actuales de la PedagogÃa buscan la democratización de la caracterÃstica más notable de la educación superior tradicional: la capacidad de pensar por cuenta propia y de desarrollar la propia capacidad de aprender.
Objetivos del Autoaprendizaje
- Comprender qué es aprender y cuáles son los mecanismos generales del aprendizaje.
- Entender qué es la educación permanente y por qué es necesaria en la actualidad.
- Saber cuáles son los tipos más importantes de contenidos de aprendizaje.
- Conocerel proceso por medio del cuál el aprendizaje se fija en la memoria y se convierte en «conocimientos».
Al proceso de crear conceptos se le denomina «definir».
Los conceptos pueden ser definidos por su intensión -sus propiedades distintivas- y por su extensión -conjunto de referentes del concepto-. La aportación de la semántica estructural a la comprensión de estas estructuras ha sido radical: dentro de una estructura cognitiva cada concepto se define por las oposiciones que mantiene con los demás a partir de una serie de propiedades o rasgos que los semánticos denominan semas. Asà pues, un concepto no es sino un agregado de rasgos distintivos que resultan relevantes para ‘simular’ la realidad.
El proceso de conceptualización es un proceso de identificación en el que una parte de la realidad es destacada del resto -un proceso de distinción fondo/forma-, y asà sucesivamente, hasta crear mosaicos que representan y simulan la realidad. Para Ausubel un concepto es el enunciado de una regularidad -el viejo concepto de ‘ley’- que se aplica a acontecimientos u objetos.
Conocer es, en definitiva, aprehender regularidades -redundancias- en la estructura y devenir de la realidad que nos ayudan a formarnos imágenes simplificadas -modelos- que nos permiten reproducir hasta cierto punto la estructura y devenir de la realidad y realizar simulaciones que luego guÃan nuestra actuación.
El funcionamiento de estos modelos es mal conocido, pero se puede inferir a partir de nuestro uso del lenguaje y de lo poco que conocemos de la fisiologÃa cognitiva del cerebro. Como es experiencia cotidiana, los conceptos se realizan mediante enunciados. Un análisis global de los enunciados expresados sobre un tema permite descubrir como las proposiciones forman tupidas redes que relacionan entre sà los conceptos, y que se extienden tanto jerárquicamente como horizontalmente.
La relación jerárquica se basa en el criterio de inclusividad formalizado en la teorÃa de conjuntos y genera una relación de orden en el conjunto de conceptos por el cual todo concepto está incluido en otro concepto de rango superior, excluyendo claro está el que da nombre al conjunto, que pertenece a un orden superior. Ayudándonos de los dos métodos que la lógica clásica utiliza para definir un concepto, podemos afirmar que un concepto supraordenado -jerárquicamente superior- incluye en su intensión la intensión del concepto subordenado, asà como todos los referentes que forman su extensión.
Cómo recordar
Para recordar información hay que utilizar las leyes de la memoria a largo plazo. Según ellas, podemos utilizar las siguientes técnicas:
- Motivación. Ver como los nuevos contenidos encajan con nuestros objetivos y necesidades; mostrarnos y demostrarnos a nosotros o a personas que nos importan que esos contenidos son útiles.
- Sorpresa. Buscar aspectos sorprendentes o relacionar la información con cosas sorprendentes o chocantes, incluso utilizando el humor.
- Relacionar la información cono conocimientos anteriores. Cuanto más la relacionemos, mejor recordaremos.
- Usar los nuevos conocimientos. Cuanto más profundo sea el procedimiento de procesamiento, mejor recordaremos. Uno muy simple es unir las primeras letras de una lista de conceptos en un acrónimo. Organizar y sistematizar la información es una forma especialmente poderosa de utilizarla.
- Repetición. Repetir la información hasta que se graba. No produce comprensión, pero al menos los contenidos están disponibles en la memoria a largo plazo.
Si solo necesitamos retener la información que estamos aprendiendo, bastará recurrir a trucos relacionados con la sorpresa y la repetición, asà como a procesamientos elementales, como clasificar por grupos y establecer relaciones sencillas.
Si necesitamos un aprendizaje profundo, tendremos que comprender claramente para que nos sirve esa información a nosotros o a personas relevantes, utilizarla en todas las direcciones y casos posibles, sistematizarla y organizarla, y conectarla en profundidad con nuestros conocimientos anteriores.
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